Nehemias 1:5-9 RV60

Y dije:  Te ruego,  oh Jehová,  Dios de los cielos,  fuerte,  grande y temible,  que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos; esté ahora atento tu oído y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo,  que hago ahora delante de ti día y noche,  por los hijos de Israel tus siervos;  y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti;  sí,  yo y la casa de mi padre hemos pecado. En extremo nos hemos corrompido contra ti,  y no hemos guardado los mandamientos,  estatutos y preceptos que diste a Moisés tu siervo. Acuérdate ahora de la palabra que diste a Moisés tu siervo,  diciendo:  Si vosotros pecareis,  yo os dispersaré por los pueblos; pero si os volviereis a mí,  y guardareis mis mandamientos,  y los pusiereis por obra,  aunque vuestra dispersión fuere hasta el extremo de los cielos,  de allí os recogeré,  y os traeré al lugar que escogí para hacer habitar allí mi nombre. (Nehemias 1:5-9 RV60)
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