El SEÑOR es mi porción; he prometido guardar tus palabras.
Supliqué tu favor con todo mi corazón; ten piedad de mí conforme a tu promesa.
Consideré mis caminos, y volví mis pasos a tus testimonios.
Me apresuré y no me tardé en guardar tus mandamientos.
Los lazos de los impíos me han rodeado, mas no me he olvidado de tu ley.
(Salmos 119:57-61 LBLA)