Las palabras del chismoso son como bocados deliciosos, y penetran hasta el fondo de las entrañas. Como vasija de barro revestida de escoria de plata, así son los labios ardientes y el corazón perverso. El que odia, disimula con sus labios, mas en su corazón acumula engaño. Cuando su voz sea agradable, no lo creas, pues hay siete abominaciones en su corazón. Aunque su odio se cubra con engaño, su perversidad será descubierta en la asamblea.
(Proverbios 26:22-26 LBLA)